miércoles, 18 julio 2012 18:15
Hija Mía, lloro en este momento por la manera en que los hijos de Dios tienen miedo o vergüenza de declarar su amor por Su Hijo Jesucristo.
Muchos en el mundo de hoy, que aman a Mi Hijo, se avergüenzan de proclamar abiertamente Su Nombre en público por miedo a ser reprendidos.
Está mal visto en la llamada sociedad tolerante de hoy en día decir que crees en Jesucristo, el Hijo del Hombre y que crees en Sus Enseñanzas.
Sin embargo, muchos nunca se lo piensan dos veces antes de usar Su Santo Nombre, muchas veces a lo largo del día, al proferir blasfemias.
Su Nombre se pronuncia muy a menudo, pero no en la forma en que debe ser.
Muchos tienen miedo de hablar abiertamente de su amor por mi Hijo en un mundo que no ve con buenos ojos el cristianismo.
El cristianismo es despreciado por dos tercios del mundo.
Los cristianos son intimidados, despreciados y a menudo perseguidos como ninguna otra religión en el mundo.
El pueblo elegido de Dios, los judíos, también sufren y han sido perseguidos de la manera más inhumana por ser quienes son. Una raza elegida, pronto se convertirán y darán la bienvenida al Mesías, por segunda vez, aunque no lo aceptaron la primera vez.
Hijos, nunca tengáis miedo de declarar vuestro amor por mi Hijo. Cuando ustedes expresen su amor por El abiertamente y sin temor muchos escucharan. Entonces mientras más proclamen Su Santa Palabra más confianza tendrán.
Entonces recibirás más gracias que te darán la fuerza para dar el siguiente paso.
Después de un tiempo no te preocupará lo que los demás piensen de ti. Sin embargo, muchos quedarán impresionados por tu honestidad y muchos querrán saber más sobre mi Hijo.
Ahora es el momento de hablar de la Misericordia de mi Hijo a tantas personas como puedas.
Se les debe hablar de Su Divina Misericordia, el mayor Regalo de La Advertencia, que se verá en todo el mundo. Entonces, después, conocerán la Verdad y muchos más querrán escuchar estos mensajes del Cielo.
Gracias hijo mío por responder a mi llamada.
Tu amada Madre del Cielo
Madre de la Salvación
jueves, 18 julio 2013 19:14
Hija mía, deseo que se sepa que, de ahora en adelante, se dirigirán a mí por el último título que me dio mi Hijo en la Tierra. En ésta, la Misión Final, se referirán a mí, en todo momento, como la Madre de la Salvación.
Se creará mi Imagen y se acuñará una Medalla en la que, por un lado, se me colocará con el sol detrás de la cabeza y sobre mi cabeza doce estrellas entrelazadas en una corona de espinas. En el reverso de la Medalla, deseo representar el Sagrado Corazón de mi Hijo con las Dos Espadas de la Salvación, que han de estar cruzadas a cada lado.
Las Espadas de la Salvacion tendran un doble proposito. La Primera Espada matará a la bestia y se me ha dado la autoridad para hacerlo en el Día Final. La otra Espada atravesará los corazones de los pecadores más endurecidos y será la Espada por la cual sus almas serán salvadas.
Esta Medalla debe estar disponible en grandes cantidades y, una vez recibida por aquellos que la buscan, debe ser bendecida por un sacerdote y luego entregada libremente a otros. La Medalla de la Salvación ofrece el don de la conversión y la salvación.
Todos los que reciben la Medalla de la Salvación deben recitar esta Oración de Cruzada (115) Por el Don de la Conversión:
Oh Madre de la Salvación, cubre mi alma con tus lágrimas de Salvación.
Líbrame de dudas.
Levanta mi corazón, para que sienta la Presencia de tu Hijo.
Tráeme paz y consuelo.
Reza para que me convierta de verdad.
Ayúdame a aceptar la Verdad y a abrir mi corazón para recibir la Misericordia de tu Hijo, Jesucristo.
Amén.
Hija mía, por favor, manda diseñar y fabricar esta Medalla. Yo te guiaré en cada paso y luego debes asegurarte de que se distribuya por todo el mundo.
Ve en paz a servir a mi Hijo.
Tu madre
Madre de la Salvación
viernes, 18 julio 2014 15:52
Mi queridísima hija, el mundo es Mío y Yo pertenezco a todos Mis hijos. Yo Soy tuyo.
Mi descendencia se enfrentará a una gran conmoción, ya que envío a Mis ángeles a traer a Mis fieles, y todo mal será desterrado pronto. A Mis enemigos, Yo aplastaré hasta que todo rastro de dolor y pena, que la humanidad soporta, sea borrado. No más lágrimas, no más pena, no más dolor, porque todo el Poder es Mío.
Mi Plan ya se está desarrollando, aunque pocas personas serán conscientes de ello. Pero te digo esto. Enjugad vuestras lágrimas. No temáis Mi Intervención, porque es Mi Voluntad la que se unirá a la de Mis hijos - pronto. Cuando Mi Voluntad sea establecida, la paz reinará, no sólo dentro de vuestros corazones, sino en la Tierra como en el Cielo. Confiad en Mí.
No temas Mi Mano, pues sólo sufrirán aquellos que Me rechazan completamente. Yo no deseo venganza y penetraré en los corazones incluso de aquellos que Me maldicen. Mi Misericordia significa que muy pocos querrán separarse de Mí, cuando Me dé a conocer a través de Mi Hijo, Jesucristo. Los débiles se harán fuertes. Los temerosos se volverán valientes y aquellos con odio en sus corazones serán infundidos con Mi Amor.
Amo y deseo a todos Mis hijos y por ello recuperaré Mi Reino con el menor sufrimiento posible.
Por favor, confía en Mí, completamente. Porque se acerca el día en que sólo la Luz de Mi Divinidad reinará en la Tierra y toda la paz será vuestra.
Tu Padre Eterno
Dios Altísimo